Orisha Obatala

OBATALÁ

CREADOR DE LA ESPECIE HUMANA

Obatalá el mas viejo de los Orichas y por esto  siempre se pone en el lugar mas alto del canastillero.  Es el dueño de la pureza y su color blanco así lo refleja. Fue mandado  por Olofin para dar culminación a su obra, dueño de todas las cabezas, la justicia y la salud también es el juez de esta religión, ya que la imparcialidad es una de sus cualidades. Su dominio sobre el pensamiento y los sueños lo hacen peculiar.  Delante de este santo se prohíben las groserías y el desnudo, su representación es la ancianidad ya que sus canas así lo reflejan, se le conoce como hombre y mujer, también se cree que es el padre de muchos Orichas.

Obbatalá el Gran Orisha

Es el dios supremo, fue un antiguo rey yoruba deificado.  Es considerado el gran oricha, su energía proviene de la naturaleza más pura.   Debió crear la tierra seca a partir del agua pero bebió mucho vino y se durmió. Esta misión dada por Olodumare fue cumplida por Odudúwá.  Existe un patakí que dice lo siguiente: Olofi bajó al mundo acompañado por Obatalá.  En aquel entonces, sólo existía el cielo y el mar.   Obatalá para lograr que las aguas se retiraran de la tierra encadenó a la diosa de los azules oscuros y profundos en el fondo del mar.  

Otro pataki explica que: Olofi entregó a Obatalá un puñado de tierra en el carapacho de una babosa y una gallina y esparció la tierra sobre el mar y la gallina escarbó formándose el mundo que conocemos. Se le considera el escultor del cuerpo humano y creador de la tierra.  Le dio la cabeza para que no se confundiera y pudiera pensar.  Le abrió la boca  con un cuchillo y  en medio de la lengua trazó una cruz señalando las direcciones de la palabra. 
Entre sus diversas identificaciones con diferentes santos tenemos: Nuestra Señora de la Virgen de las Mercedes, Jesús clavado en la cruz, San Manuel.

Simboliza la justicia, el equilibrio, la equidad, el principio, los acuerdos, las relaciones, la belleza, la cultura ...

Algunas plantas del orisha son:

  ABROJO TERRESTRE

  ACEBO DE LA TIERRA

  ACHICORIA

  ACHICOTE O ACHIOLE

  ADORMIDERA

  AGRACEJO

  AGUEDITA

  AGUINALDO BLANCO

  AJO

  ALABAHACA DE CLAVO

Características Generales Obbatalá

Simboliza la justicia, el equilibrio, la equidad, el principio, los acuerdos, las relaciones, la belleza, la cultura artística, el refinamiento, el otoño, la diplomacia y los contratos.

Las personas se caracterizan por ser hábiles en las relaciones interpersonales, cooperativas, sociables, delicadas, refinadas, con gran sensibilidad artística, preocupados por los demás, le dan mucha importancia a la relación de pareja. Tienen un gran sentido estético, son  amables, mediadores y pacificadores.  También son indecisos, inconstantes, frívolos, variables, influenciables, superficiales, coquetos, perezosos, indolentes, temen comprometerse y tomar partido, apáticos, miedosos, ávidos de admiración.

Es el oricha mayor, creador de la tierra y escultor del ser humano.  Es la deidad pura por excelencia, dueña de todo lo blanco, de la cabeza, de los pensamientos y de los sueños.  Hijo de Olofi y Olodumare.  Fue mandado a la tierra por Olofi para hacer el bien y para que gobernara como rey del planeta.  Es misericordioso y amante de la paz y la armonía.  Rige la buena  conducta y es capaz de aplacar a su hijo Changó y a Oggún Areré.  Todos los orichas lo respetan y lo buscan como abogado.  No admite que nadie se desnude en su presencia o se digan frases duras o injuriosas.  Sus hijos deben ser muy respetuosos.  Tiene veinticuatro caminos o avatares.  El castillo que le pertenece tiene 16 ventanas.  Sus sacerdotes se llaman Ochabi.

El receptáculo es una sopera con cuatro otá (piedra) llamados oké (de la loma) con collares de cuentas blancas.  Sus piedras no admiten el sol, el aire o el sereno.

Sus atributos son dueños de la plata y de los metales blancos.  Tiene una corona con 16 plumas de loro (aunque usualmente se emplean cuatro).  Lleva sol y luna, 6 manillas, que también pueden ser dos, cuatro, ocho y dieciséis.  Tiene majá.  Una mano de plata que empuña un cetro (poayé).  Dos huevos de marfil.  Ocho o 16 okotós (babosas).  Manteca de cacao, cascarilla y algodón.  Le pertenece la pandereta.  Lleva bandera blanca.  Dueño de iroko (la Ceiba).  Su vellón es su algodón y su rama deberá estar en la estera para el kari ocha de su Iyawó.  Tiene agogó de plata.

Las herramientas son el Opá que es el bastón de mando, manilla, sol, luna, majá.  Puayé u Opayé: Cetro, Iruke de color blanco.

El collar es blanco y se insertarán las cuentas del color típico, de acuerdo con cada camino, como por ejemplo, los collares de Ayáguna, Ochagriñán, Ochalufón, que ensartan cuentas rojas cada 24 cuentas blancas, y admiten caracoles.  En el de Obá Moró, el coral o la cuenta roja se sustituye por una de color morado.  En el collar de Ochanlá, las cuentas son de marfil o nácar y cada 16 cuentas.  Como el de todos los Obatalá, lleva cuatro de color cacao.  Solamente por la Aguema se combinan cuantas blancas con verdes.

Siempre viste de blanco.  En sus caminos guerreros lleva una banda roja cruzada al pecho.  Como Oba Moró, a veces lo visten de morado, tal como se hace con Jesús Nazareno.  En ocasiones se le bordan custodias del Santísimo Sacramento y cintas  en número de ocho.

Las aflicciones contra las que protege son la ceguera, parálisis y demencia.

Los animales son la chiva, paloma, guinea, gallina blanca.

Las prohibiciones son las bebidas alcohólicas, cangrejo y judías.

Las comidas son arroz blanco, torre de merengue, adornada de grageas plateadas, natilla  de leche, cuatro litros de leche en taza sobre platos blancos, arroz con leche en polvo en 8 platos blancos, arroz con leche sin sal y manteca de cacao, calabazas blancas, champola y 16 anones, etcétera. Maíz, arroz, alpiste y otros granos.  Babosas y caracoles.  Bolas de malanga y ñame.  Bolas de manteca de cacao  y cascarilla.  Y en general, cualquier comida blanca y sin sal.  Flor de algodón, ñame y zapotes.

En los bailes de este santo los participantes imitan los movimientos suaves de un anciano, de un jinete que blande una espada, o sacuden el rabo de caballo blanco (iruke) para limpiar los caminos.